Lunes, febrero 10 – Jeremías 48, 49

1. ¿Cómo se siente Jehová por la destrución de Moab? Jeremías 48:31, 32

2. ¿Cuándo Jehová hará volver a los cautivos de Moab? Jeremías 48:47

3. ¿Qué sucederá en los postreros días a los cautivos de Elam? Jeremías 49:39

Comentario y reflexión:

Estamos leyendo la sección de Jeremías que contiene los juicios de Jehová sobre las naciones y tribus. Los capítulos 48 y 49 contienen lecciones a través de los juicios y profecías contra Moab (capítulo 48) y varias otras naciones, como Amón, Edom, Damasco, Cedar, Hazor y Elam (capítulo 49). Podemos ver la soberanía, la justicia, la misericordia de Dios y las consecuencias del orgullo y la desobediencia.

Los moabitas eran parientes, descendientes de Lot, y vecinos de Juda. 

Dice el Comentario Bíblico Adventista, “En el cap. 48 se presenta una lista de ciudades moabitas que habrían de sufrir los azotes de los babilonios… Parecería que Jeremías describiera en especial los castigos de Dios sobre los moabitas que vivían en los territorios que antes habían pertenecido a la tribu de Rubén.” CBA, Jeremías 48:1

Dios pronuncia juicio contra Moab por su orgullo, idolatría y autosuficiencia. Moab confiaba en su riqueza, fortificaciones y en el falso dios Quemós. Moab se convirtió en adversario del pueblo de Dios.

La profecía termina ofreciendo esperanza a Moab. Jehová promete su restauración futura para demostrar Su misericordia y Su deseo de redimirlos.

Los amonitas eran tambien descendientes de Lot.  Dios pronuncia juicio contra los amonitas por su avaricia, idolatría y hostilidad hacia Israel. Ellos tomaron tierras que pertenecían a Israel, confiaron en su riqueza y en sus ciudades fortificadas en lugar de confiar en Dios; pero en el juicio, Dios mostró su misericordia. Prometió restaurar a los amonitas, mostrando su intención de redimir a través de la disciplina.

Jehová pronuncia juicio contra Edom debido a su orgullo, traición y hostilidad hacia Israel, confiaron en su propia sabiduría y fortificaciones en lugar de reconocer la soberanía de Dios (Jeremías 49:7-22).

Damasco, una ciudad importante en el antiguo Cercano Oriente, había sido durante mucho tiempo un centro de oposición a Israel y Judá, muchas veces se alió con sus enemigos.

Cedar, “este pueblo descendía de Ismael (Gén. 25: 13) y, al igual que los moabitas, los amonitas y los edomitas mencionados en Jer. 48 y 49, eran parientes de Israel.” CBA, Jeremías 49:28

Hazor, “es posible que aquí se trate de una referencia general a los árabes que vivían en aldeas, a diferencia de sus vecinos nómadas, representados por el nombre Cedar.” CBA, Jeremías 49:28

Elam, descendientes de Elam, hijo de Sem, hijo de Noe, por lo tanto, pariente lejano de los israelitas. Para este tiempo habitaban en parte de lo que hoy es Irán. CBA, Jeremías 49:34

El profeta anuncia juicios de Dios contra todas estas naciones que eran idolatras, paganas y enemigas de Dios y de su pueblo. El culto que practicaban era inmoral y degradante, incluía en muchos casos sacrificios humanos. Contribuían a la extrema maldad en el mundo. Fueron enemigos del pueblo de Dios y lo acosaron.

En el mensaje a varias de las naciones, después que anuncia el juicio, el profeta expresa el dolor de Jehová por el sufrimiento de estas naciones.

“Por tanto, yo aullaré por Moab,
por todo Moab clamaré,
y gemiré por la gente de Kir-hares.” Jeremías 48:16 

Jehová no es el causante del mal. Las malas cosas que suceden son la consecuencia inevitable del pecado y de la rebelión. El sufrimiento de las naciones, aunque merecido, conmueve el corazón de Dios.

La conclusión del mensaje para varias de estas naciones es: “Después de esto, haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jehová.” (49:6)

Esta promesa se hace repetidas veces al pueblo de Dios. Jehová ama a otras naciones tanto como ama a su pueblo. Su corazón se conmueve por sus hijos y anhela el día cuando ha de volver a recogerlos y a congregarlos. Jesús hizo propiciación por los pecados de todo el mundo, el evangelio es para “todo aquel que cree”, de todas las naciones.

Dijo Jesús, “Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.” Mateo 8:11

Demos gracias a Dios por su compasión y misericordia. Por su gracia y providencia estaremos en la gran multitud de todas las naciones, junto a Abraham, Isaac y Jacob en aquel día. Dios te bendiga abundantemente hoy junto a tus amados.