


Jueves, julio 10 – Romanos 16, Hechos 21
1. ¿Quién se cree que fue la portadora de tan valiosa carta a los romanos? (Romanos 16:1)
2. ¿Qué pedido especial a favor de esta persona hizo el apóstol? (Romanos 16:2)
3. ¿A qué importante texto del Antiguo Testamento, en forma indirecta, hizo Pablo alusión? (Romanos 16:20)
4. ¿A quién visitó de inmediato Pablo al llegar a Jerusalén, demostrando su respeto por la organización de la iglesia? (21:15-20)
Con el capítulo 16, el apóstol Pablo concluye su importante carta dirigida a los hermanos romanos con saludos específicos a sus fieles colaboradores. Termina con un cántico de alabanza y gratitud a Dios. De esta forma, Pablo se despide dejando a los hermanos en un espíritu de confianza y fe en el Señor, en vez de dejarlos envueltos en una atmósfera de tristeza con su despedida.
Pablo escribió esta carta desde Corinto, durante su tercer viaje misionero. Aún no había viajado a Roma, pero sí lo habían hecho algunos a quienes él conocía que habían sido ganados al evangelio en su ministerio evangélico en los lugares donde había predicado.
Este capítulo está lleno de información; menciona los nombres de muchos amigos de Pablo. Creo que nos ayudará mucho detenernos en estos personajes especiales.
Pablo pide a los hermanos de Roma que ayuden a su enviada. Usa la palabra griega “pragma”, que denota algo legal. Es posible que Febe hubiera viajado a Roma a hacer algunas gestiones de esta índole, y Pablo pide a los hermanos que la ayuden en esto. Ella había sido muy útil a muchos, incluyendo a Pablo.
Nota en este párrafo lleno de inspiración, cuán importante es cada uno de nosotros en la obra final, como lo fueron para Pablo aquellos miembros de las iglesias:
“La causa de Dios en la tierra necesita hoy día representantes vivos de la verdad bíblica. Los ministros ordenados solos no pueden hacer frente a la tarea de amonestar a las grandes ciudades. Dios llama no solamente a ministros, sino también a médicos, enfermeros, colportores, obreros bíblicos, y a otros laicos consagrados de diversos talentos que conocen la Palabra de Dios y el poder de su gracia, y los invita a considerar las necesidades de las ciudades sin amonestar. El tiempo pasa rápidamente, y hay mucho que hacer. Deben usarse todos los agentes, para que puedan ser sabiamente aprovechadas las oportunidades actuales”. (Hechos de los Apóstoles, pág. 129).
Después de haber escrito su carta a los romanos, y de terminar su misión en Corinto y en toda la región de Macedonia, decide ir hacia Jerusalén a pesar de los fervientes pedidos de los hermanos de que desistiera de su viaje. Graves perjuicios sentían sus fieles amigos y trataron de disuadirlo, sin embargo, el apóstol continuó con sus planes. Pasó por diversos lugares despidiéndose de los líderes de las iglesias en conmovedoras escenas. ¡Tanto amaban al abnegado misionero! Al fin lo vemos arribar a la populosa ciudad romana en tierra de Israel, Cesárea Marítima, donde fue hospedado en la casa del diácono y evangelista Felipe, quien tenía cuatro hijas dotadas con el espíritu de profecía. Al llegar a Jerusalén, Pablo comenzó su largo período de persecución y prisiones finales.
“El apóstol se mantenía tranquilo y dueño de sí en medio del tumulto. Su mente estaba fija en Dios, y sabía que le rodeaban los ángeles del cielo. No quería dejar el templo sin hacer un esfuerzo para proclamar la verdad a sus compatriotas, y cuando iban a conducirlo al castillo, le dijo al tribuno: ‘¿Me será lícito hablarte algo?’ Lisias replicó: ‘¿Sabes griego? ¿No eres tú aquel egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?’ Entonces repuso Pablo: ‘Yo de cierto soy hombre judío, ciudadano de Tarso, ciudad no obscura de Cilicia: empero ruégote que me permitas que hable al pueblo’.” (Hechos de los Apóstoles, pág. 327).
¡Qué gran lección nos dio este valiente siervo de Dios! A pesar de ser amenazado y golpeado, Pablo no perdió tiempo. Aprovechó esa oportunidad para hablar a los judíos acerca de Jesús. ¿Será esto una experiencia que tendremos que vivir en la etapa final de la gran controversia?
Pido a Dios que nos fortalezca en la medida que nos acerquemos al gran desenlace; que nos llene de su Espíritu para dar nuestro testimonio ante el mundo cueste lo que cueste.
Reciban todos bendiciones mientras estudian la Palabra de Dios.