


Martes, julio 15 – Colosenses 2, 3
1. ¿En quién están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento? (Colosenses 2:2–3).
2. ¿En quién habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad? (Colosenses 2:9).
3. ¿Dónde debemos poner la mira? (Colosenses 3:2).
4. ¿En nombre de quién se debe hacer todo? (Colosenses 3:17).
Pablo escribe a los colosenses para confrontar enseñanzas heréticas que combinaban elementos judaizantes con gnosticismo. Estas ideas confundían a la iglesia y desviaban el enfoque de Cristo como único mediador. El apóstol responde de forma contundente: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).
“En Cristo se encuentra todo lo que Dios es… amor para redimir a la humanidad, previsión para suministrar todo lo necesario a cada una de sus criaturas” (Comentario Bíblico Adventista, Colosenses 2:9).
La imagen de estar “arraigados y sobreedificados” en Cristo (Col. 2:7) sugiere dependencia y crecimiento espiritual constante. Pablo advierte contra filosofías humanas vacías que reemplazan la suficiencia de Cristo.
“Pablo no condenaba la filosofía como tal… condenaba las enseñanzas que dan mayor crédito a la humanidad, no a Cristo” (CBA, Colosenses 2:8).
El apóstol también aclara que el “acta de los decretos” fue quitada por Cristo en la cruz. Esta expresión ha sido malinterpretada por algunos: “Lo que se eliminó fue “el acta” (ver com. respectivo), el pagaré, lo que era contrario, lo que condenaba. La cruz marca la transición de un sistema (el judío) al otro (el cristiano).” (CBA, Colosenses 2:14).
Además, Colosenses 2:16 advierte contra críticas por comidas, bebidas o fiestas:
“No prestéis atención a quienes los critican… ya sean de origen judío, gnóstico o pagano… Algunos equivocadamente concluyen que se abolió la distinción entre carnes limpias e inmundas… pero este pasaje ni siquiera menciona tal distinción” (CBA, Colosenses 2:16).
La adoración de ángeles, promovida por los falsos maestros, también es rechazada. “Pablo amonesta a los colosenses contra la aceptación de esta creencia, pues está contra las enseñanzas de Cristo. Jesús, citando a Deut. 6: 13, declaró: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mat. 4: 10).” CBA, Colosenses 2:18
La raíz del problema era que “no se mantenían unidos a la Cabeza, que es Cristo” (Col. 2:19). Elena de White advierte:
“La verdadera santificación significa amor perfecto, obediencia perfecta y conformidad perfecta a la voluntad de Dios. Somos santificados por Dios mediante la obediencia a la verdad.” (Los Hechos de los Apóstoles, p. 451).
En el capítulo 3, Pablo describe la vida transformada en Cristo: poner la mira en las cosas celestiales y vivir como resucitados con Él. “Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Col. 3:3), lo que significa seguridad y comunión constante.
La nueva vida implica despojarse del “viejo hombre” y vestirse del “nuevo”, creado según Dios. Pablo apela a una transformación ética basada en la fe. Las virtudes cristianas, compasión, humildad, paciencia, amor, deben revestir al creyente como un ropaje diario (Col. 3:12–14).
El amor, dice el apóstol, es el vínculo perfecto. “Practicar una lista de virtudes sin amor nos puede conducir a una distorsión, fragmentación y estancamiento” (ver 1 Cor. 13:3).
La paz de Cristo debe “gobernar” en nuestros corazones (Col. 3:15). El término proviene del mundo atlético, como un árbitro que decide en medio del conflicto interno. ¿Qué elección promueve paz en el alma y en la iglesia?
El versículo 16 invita a dejar que “la palabra de Cristo habite en abundancia”, incluyendo la enseñanza, el canto y la gratitud. Aunque los primeros cristianos no tenían aún el Nuevo Testamento completo, memorizaban y compartían las enseñanzas de Cristo, muchas veces en forma de himnos.
Colosenses 3:17 resume todo: “Y todo lo que hacéis… hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”. Cada palabra, acción y relación debe reflejar a Cristo.
El capítulo termina abordando relaciones familiares y laborales. Pablo llama a la sumisión mutua, el respeto, la responsabilidad y el servicio sincero:
“Es un hipócrita el que sólo procura agradar a su amo únicamente mientras este lo vigila, pero en otras oportunidades no trabaja nada.” (CBA, Colosenses 3:22).
Cristo no es sólo suficiente: es todo. Nos libera del legalismo, del pecado, y nos invita a una vida nueva de gratitud, verdad y transformación.
“La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.” (Efesios 6:24)
¡Que tengas un día bendecido y centrado en Cristo!