


Viernes, agosto 15 – Apocalipsis 7, 8
1. ¿Qué representa el sellamiento de los 144,000 y cómo se relaciona con la gran multitud descrita en Apocalipsis 7?
2. ¿Cuál es el significado del silencio como de media hora en el cielo mencionado en Apocalipsis 8:1?
Debemos admitir que estos los capítulos 7 y 8 presentan algunos retos de interpretación que, con la ayuda de Dios, podemos afrontar. Aun entre nosotros los adventistas hay diversas posturas en cuanto a quiénes son los 144,000 y la gran multitud. Otros entienden que el “silencio como de media hora en el cielo” se refiere a cuando el cielo se queda vacío para acompañar a Jesús en su venida.
Es importante asumir una actitud de humildad al interpretar los símbolos del Apocalipsis y reconocer que ninguno tiene el monopolio de la verdad. Donde debemos estar unidos es en cuanto al gran evento de la Segunda Venida de Cristo y nuestra final liberación.
El capítulo 7 debe entenderse a la luz del contexto anterior inmediato. El capítulo 6 concluye con una pregunta crucial que pertenece al sexto sello: “Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (Apoc. 6:17)
El capítulo 7 sirve entonces como un paréntesis o interludio entre el sexto y el séptimo sello, para dar respuesta a esta pregunta. Los que podrán permanecer en pie serán los sellados. El propósito del sellamiento es preparar o habilitar a los hijos de Dios para que puedan pasar airosos ese tiempo difícil de los últimos días.
El capítulo está dividido en dos bloques. En los versículos 1–8 habla de los 144,000, en los versículos 9–17 de la gran multitud. La pregunta es: ¿son dos grupos distintos o uno solo? Una exégesis sugiere que ambos representan al mismo grupo: los que fueron sellados. Los 144,000 serían un número simbólico, mientras que la gran multitud representa la interpretación del símbolo.
En la numerología bíblica, el número 12 representa al pueblo de Dios, tanto en el AT como en el NT. La mención de las doce tribus no es literal, pues para el final del primer siglo estaban dispersas. La Iglesia es el nuevo Israel espiritual.
Primero, los vemos preparándose para pasar por el tiempo de angustia (vv. 1–8). Luego los vemos victoriosos, disfrutando del veredicto de vindicación y con acceso al Santuario (vv. 9–17). Primero participan en el Día de la Expiación, luego celebran la Fiesta de los Tabernáculos con palmas en las manos (cf. Lev. 23:39–43).
Apocalipsis 14:1 también menciona a los 144,000 reunidos sobre el monte Sion, el lugar del templo. Estos fueron reunidos mediante el mensaje de los tres ángeles (Apoc. 14:6–12).
Con el cierre del capítulo 7 termina el paréntesis del sellamiento. Ahora somos introducidos al séptimo sello: “Hubo silencio en el cielo como por media hora” (8:1). Lo que Juan contempla ahora en visión ya no es en la tierra, sino en el cielo. Los primeros cinco versículos de Apocalipsis 8 son el preámbulo a la visión de las siete trompetas. Mientras los sellos revelan sufrimientos de la iglesia, las trompetas tratan con los juicios preliminares sobre los enemigos del pueblo fiel.
El silencio ocurre cuando se abre el rollo completamente. Es un silencio de análisis, observación intensa del plan de redención. Es también el silencio del Día de la Expiación.
Otros silencios en la historia de la salvación:
• “El misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” (Romanos 16:25).
• “Mientras Cristo agonizaba en Getsemaní y en la cruz del Calvario.”
El Deseado de Todas las Gentes, p. 642.
El período de media hora sugiere que ese análisis será corto. Entonces Dios saldrá de su silencio para intervenir (Isaías 42:13–14; 62:1). Este silencio da paso a la segunda venida de Cristo. ¡Estamos viviendo ahora en ese silencio! ¡Amén, Aleluya!
Como en las visiones anteriores, hay un preludio que nos lleva al Santuario. En el AT, las trompetas eran usadas para el Día de la Expiación, en las batallas, en coronaciones reales, para reunir al pueblo y para advertir de peligro.
Tanto en el AT como en el NT, las trompetas simbolizan la intervención de Dios en la historia. Son advertencias escatológicas, juicios históricos que anticipan las plagas. Son manifestación de la ira de Dios y un llamado al arrepentimiento. Antes de las últimas trompetas se anuncia: “¡Ay, ay, ay de los que moran en la tierra…!” (Apoc. 8:13)
El capítulo 7 nos asegura que los hijos de Dios serán sellados para pasar el tiempo de angustia. Pidamos a Dios que fortalezca nuestra fe para permanecer firmes.
¡Cristo viene pronto! ¡Maranata!