


Domingo, abril 13 – MalaquÃas 1, 2
1. ¿Cómo contrasta el amor de Dios por Israel con su juicio sobre Edom, y qué implicaciones tiene esto para comprender la fidelidad de Dios a su pacto con su pueblo? (MalaquÃas 1:2-5)
2. ¿Cómo describe MalaquÃas el fracaso de los sacerdotes en honrar a Dios, y qué acciones o actitudes especÃficas de los sacerdotes reprende Dios en estos versÃculos? (MalaquÃas 1:6-14)
3. ¿Qué pecado especÃfico se está condenando cuando se menciona el matrimonio, y cómo usa Dios la imagen del pacto matrimonial para explicar la seriedad de este asunto? (MalaquÃas 2:10-16)
El libro de MalaquÃas, el último de los Profetas Menores, contiene poderosos mensajes de Dios para su pueblo. Escrito después del regreso de los israelitas del exilio babilónico, el libro aborda la apatÃa espiritual, la corrupción y la desobediencia del pueblo. Los capÃtulos 1 y 2 se centran en los sacerdotes, quienes tenÃan la responsabilidad de dirigir la nación en la adoración y mantener la integridad del pacto con Dios.
Como pastor, estos capÃtulos me resultan especialmente intrigantes, pues reflejan la gran responsabilidad que Dios otorga a aquellos a quienes llama a ser lÃderes de su iglesia. No solo a los lÃderes que reciben un salario por su ministerio, sino a todos aquellos que sirven en cualquier área, desde voluntarios en el ministerio infantil hasta adultos. Este es un mensaje para todos los lÃderes, pero también para cualquiera que haya sido llamado a servir a Dios.
Me encanta la forma en que este libro está escrito. Desde el capÃtulo 1 y a lo largo del libro, vemos un estilo de escritura basado en preguntas y respuestas, donde Dios dialoga con su pueblo a través de MalaquÃas. Es un ejemplo magistral de escritura retórica que en ocasiones es humorÃstica, triste y a la vez profundamente impactante.
MalaquÃas comienza con una declaración del amor de Dios por Israel: “Yo os he amado, dice Jehová” (MalaquÃas 1:2). A pesar de este amor, el pueblo es escéptico y cuestiona cómo Dios los ha amado. En respuesta, Dios les recuerda su fidelidad al elegir a Israel sobre Edom, los descendientes de Esaú. El contraste entre ambas naciones resalta el amor soberano de Dios, pero Israel no reconoce la grandeza de esta gracia.
Luego, el Señor confronta el problema de la falta de honra a su nombre. Tanto el pueblo como los sacerdotes se han vuelto indiferentes en su adoración y en sus ofrendas. Dios condena sus prácticas sacrificiales, donde ofrecen animales defectuosos en lugar de los mejores y más puros sacrificios. “Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete y sacrifica a Jehová lo dañado” (MalaquÃas 1:14). Dios desea ofrendas que reflejen honor y reverencia, no gestos ritualistas o sacrificios a medias.
En el capÃtulo 2, Dios se dirige directamente a los sacerdotes, reprendiéndolos por no guiar al pueblo en justicia. Los sacerdotes, en lugar de ser guÃas y maestros de la Ley, han violado el pacto. Su corrupción ha contaminado a la nación, llevando al pueblo a la desobediencia y a relaciones rotas. Han fallado en mantener los principios de justicia, rectitud y fidelidad.
Las palabras de MalaquÃas no son solo historia, siguen siendo relevantes hoy. También nosotros estamos llamados a ofrecer a Dios lo mejor en nuestra adoración. ¿Cuántas veces nos presentamos ante Dios con corazones distraÃdos, dándole solo lo que nos resulta conveniente en lugar de una verdadera entrega sacrificial? Dios busca un pueblo que honre su nombre y viva conforme al pacto que ha establecido a través de Jesucristo.
Además, la advertencia a los sacerdotes en MalaquÃas 2 nos recuerda que aquellos en posiciones de liderazgo en la iglesia tienen una alta responsabilidad. Nuestras vidas, como creyentes, deben reflejar la justicia y santidad de Dios. Ya sea que sirvamos en funciones formales de liderazgo o simplemente como miembros del cuerpo de Cristo, todos estamos llamados a ser ejemplos para los demás y a vivir de manera que refleje la santidad de Dios.
Concluyo con algunas preguntas para reflexionar sobre tu propia vida:
• ¿Cómo ofreces tu adoración a Dios? ¿Le estás dando lo mejor?
• ¿De qué manera puedes liderar en tu fe con el ejemplo?
• ¿Cómo puedes reflejar la justicia y la santidad de Dios en tu familia, tu trabajo o tu comunidad?
Mientras reflexionamos en el mensaje de MalaquÃas, recordemos que Dios nos llama a una relación más profunda con Él, una relación marcada por honor, reverencia y obediencia fiel. Que podamos responder con corazones completamente entregados a Él.