


Jueves, abril 3 – Ester 9, 10
1. Por orden de Mardoqueo el rey Asuero dio un segundo decreto permitiendo a los judíos defenderse. ¿Cuál fue el resultado? (Ester 9:2-5)
2. ¿A qué se dedicaron los judíos victoriosos el día 14 y 15 de Adar? (Ester 9:17, 18)
3. ¿Cómo manifestaron su regocijo a gratitud a Dios los judíos con sus vecinos? (Ester 9:20)
4. ¿Cómo llamaron a la fiesta celebrada en esos días? (Ester 9:26)
Como ya se ha estado observando en esta fascinante historia, el pueblo judío, especialmente los residentes de Susa, la capital del reino persa estuvo en una situación extremadamente peligrosa, próximos al exterminio. Mardoqueo le recordó a su hija de crianza, Ester, que “para esa hora” tan precisa, ella había “llegado al reino”. Y ¡miren si ella lo entendió así! A riesgo de su propia vida intervino a favor de su pueblo.
Como sabemos, el libro de Ester es el único de la Biblia en el que no se menciona la palabra “Dios”, ni “Jehová”, sin embargo, la presencia del Todopoderoso está latente en cada página. Ester es un símbolo de Cristo quien interviene por su pueblo en el tiempo de angustia trayendo liberación. La gran diferencia es que, mientras Ester interviene a riesgo de su propia vida, pero no pereció por ello, Cristo lo hizo y sí tuvo que entregar su vida por todos nosotros. Este libro muestra el intento de Satanás de destruir de raíz a la nación de la cual nacería el Mesías.
En estos dos últimos capítulos del libro, que nos corresponde estudiar hoy, vemos cómo los judíos, bajo el liderazgo de Mardoqueo exterminaron a sus enemigos y a los hijos del malvado Amán. Asuero, por petición de Ester, concede otro día de venganza. Los hijos de Amán son colgados. Al fin, se declaran dos días especiales para la recién establecida Fiesta del Purím. El libro termina mostrando la grandeza del rey Asuero y el justo reconocimiento al fiel Mardoqueo como segundo del monarca.
En nuestra dispensación cristiana nos parece algo cruel tomar venganza al ejecutar a los hijos de Amán. Pero hay que pensar en la situación entonces. No hay dudas de que los hijos de este sanguinario hombre eran también partícipes de la misma maldad. Además, dejar a uno con vida ponía en peligro nuevamente a la nación judía en el futuro. Dios tenía que actuar para dejar el camino libre para que su Hijo pudiera nacer en tiempo y lugar, tal como fue planeado desde los siglos de la eternidad.
La palabra persa “Purím” quiere decir “suerte” ya que Amán echó suerte varias veces contra el pueblo judío. También se piensa que por esa razón la fiesta sería repetida por dos días.
“Mardoqueo había sido elevado al puesto de honor que ocupara Amán. “Pues Mardoqueo, el judío, fue el segundo del rey Asuero, grande entre los judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su pueblo y la paz para todo su linaje.” (Ester 10:3). Así fue como Dios devolvió a su pueblo escogido el favor de la corte medo-persa, e hizo posible la ejecución de su propósito de devolverlos a su tierra. Pero transcurrieron todavía varios años, y fue solamente en el séptimo de Artajerjes I, sucesor de Jerjes el Grande, cuando un número considerable de judíos volvió a Jerusalén, bajo la dirección de Esdras.
Los momentos penosos que vivió el pueblo de Dios en tiempos de Ester no caracterizan sólo a esa época. El revelador, al mirar a través de los siglos hasta el fin del tiempo, declaró: “Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.” Apocalipsis 12:17. Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras. El mismo espíritu que en siglos pasados indujo a los hombres a perseguir la iglesia verdadera, los inducirá en el futuro a seguir una conducta similar para con aquellos que se mantienen leales a Dios. Aun ahora se están haciendo preparativos para ese último gran conflicto.
El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos. Hoy los enemigos de la verdadera iglesia ven en el pequeño grupo que observa el mandamiento del sábado, un Mardoqueo a la puerta. La reverencia que el pueblo de Dios manifiesta hacia su ley, es una reprensión constante para aquellos que han desechado el temor del Señor y pisotean su sábado”. (Profetas y Reyes 443)
Te conceda Jehová permanecer firme en la fe aunque se desplomen los cielos.