


Lunes, agosto 11 – 2 Juan, 3 Juan
1. ¿A qué líder de la iglesia escribe Juan su tercera carta? 3 Juan 1
2. ¿Cómo cooperaba Gayo con la verdad? 3 Juan 8
3. ¿Qué líder de la iglesia se oponía al ministerio de Juan? 3 Juan 9, 10
Estamos leyendo hoy las dos cortas cartas de Juan a las iglesias, 2 Juan y 3 Juan, sólo un capítulo cada una, justo la escritura que se podía acomodar en una hoja de papiro. El anciano Juan escribe a las iglesias dos cartas pastorales llenas de afecto y exhortaciones.
El discípulo amado pasó muchos años en Jerusalén, pero en la última parte de su vida vivió en Éfeso y estuvo a cargo de las iglesias de Asia Menor. Fue en Éfeso que fue tomado preso como los demás apóstoles. Trataron de ejecutarlo en una caldera de aceite hirviendo, pero Dios preservó su vida. Al sobrevivir lo mandaron prisionero a la isla de Patmos.
Después de ser liberado regresó a Éfeso y fue en esta última etapa que escribió el Apocalipsis, el evangelio de su autoría y las tres cartas.
La segunda carta es dirigida “a la señora elegida y a sus hijos”. Es posible que la carta haya sido dirigida en primera instancia a una iglesia familiar formada por una hermana y sus hijos; pero la razón que está incluida en la Biblia es que fue realmente escrita para la iglesia en general, “la señora elegida y a sus hijos” es la iglesia y sus miembros.
El apóstol reconoce y anima a la iglesia a permanecer en la verdad. También los exhorta a amarse unos a otros. La obediencia a Cristo en el mandamiento del amor valida la verdad.
La verdad a la cual se refiere es “la doctrina de Cristo”. Había quienes decían que Jesús no había venido en carne. “Muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.” 2 Juan 7
El anticristo es el cristo falso. El Cristo es el Ungido de Jehová, el anticristo es el “ungido” del enemigo. El anticristo original es Satanás.
Antes de la creación de este mundo tuvo celos del Hijo y pretendió ocupar su lugar. Ese fue el primer pecado. A través de la historia su intención ha sido suplantar al Hijo. El apóstol Pablo dice que antes que Jesús venga el anticristo se manifestará otra vez:
“¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” 2 Tesalonicenses 2:3,4
Su último gran engaño será falsificación de la segunda venida. Por eso dice Jesús:
“Entonces, si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Mirad, allí está”, no lo creáis, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos.” Mateo 24:23,24
Dice el Comentario Bíblico Adventista: “Juan identifica a todos los ‘engañadores’ como una representación final del gran engañador y anticristo, Satanás. Toda obra de engaño se origina en el diablo, no importa qué forma particular puedan asumir sus seguidores.” CBA, 2 Juan 7
La doctrina de Cristo es central al evangelio. Cristo es la roca sobre la cual es edificada la iglesia.
La carta 3 Juan es dirigida a Gayo, un líder fiel y leal de la iglesia en quien Juan confiaba.
Nuevamente el apóstol pone énfasis en la verdad, lo reconoce por andar en la verdad.
Felicita y anima a Gayo a recibir a los predicadores fieles a la verdad. (3 Juan 8)
Diófetres era un mal líder. Le gustaba ocupar los primeros lugares. Tenía el atrevimiento de oponerse al apóstol, no dejaba que los hermanos leyeran sus cartas, se ocupaba en hablar mal de él. No recibía a los predicadores fieles. A los hermanos que los recibían los expulsaba de la iglesia. Un líder así es un estorbo para la iglesia y un dolor de cabeza para el pastor, en este caso Juan.
Anima a Gayo a seguir el ejemplo de Demetrio, otro líder que sí andaba en la verdad.
En ambas cartas el viejo apóstol expresa su deseo que visitar las iglesias para ver a los hermanos cara a cara. Las cartas cumplieron su propósito más allá de la situación del momento porque quedaron como amonestación y guía para la iglesia a través de su historia; pero para él, mejor que escribir, anhelaba estar con ellos, disfrutar del amor de los hermanos, animarlos en persona y tratar con ellos estos importantes asuntos.
Aunque tenga sus problemas y crisis, aunque hayan Diófreteses, la iglesia es la familia de Dios y no hay familia como esta. Hacemos bien en estar en su compañía. Gracias a Dios por lideres fieles como Gayo y Demetrio.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. Mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad.” 3 Juan 2-4
Dios te conceda un día muy bendecido.