Preguntas de estudio:
1. ¿Qué significa “cavar para sí cisternas” en Jeremías 2:13?
2. ¿Cuáles son las implicaciones del reclamo divino al declarar que Israel se convirtió en “sarmiento de vid extraña”? Jeremías 2:21
3. ¿Puede el ser humano, por sus propios medios quitar el pecado? Jeremías 2:22
4. ¿Cuál fue el llamado de Dios a Israel y que se extiende a nosotros hoy? Jeremías 3:13 y 14
Comentario y reflexión:
Jeremías 2 y 3 son capítulos de nostalgia, de reclamo de Dios y de llamado al arrepentimiento.
Dios le recuerda a Israel los días cuando eran fieles (2:2-3), cuando le seguían en el desierto y Él se gozaba en protegerles. Pero luego, Dios cambia su narrativa, al enfatizar la forma como Israel le dio la espalda (2:4) y se fue en pos de otros dioses. Dios le ofreció a Israel agua frescas e inagotables, pero el pueblo cambió el pozo de Dios por cisternas rotas. En lenguaje de hoy, Israel cambió el cielo por este mundo. Una cisterna rota es lo temporal de esta vida que hoy pueden tener un poco de agua, pero mañana está vacía.
En Jeremías 2:21, Dios hace un reclamo similar, pero mediante la figura de una vid. Dios plantó a Israel como una vid escogida, una planta selecta y de la mejor calidad, pero ellos optaron por convertirse en vid extraña, con frutos extraños. Es como que Jehová le dice a Israel “este no es el hijo que tuve”. Todo era bueno al inicio, pero luego se corrompió alejándose de su Plantador.
Hoy vivimos también esta situación de la desviación humana del plan original Divino. El ser humano un día conoce a Dios y disfruta de su amor y protección para luego desviarse. Esto le puede ocurrirle a cualquiera. ¿Hay solución a este problema? Sí, pero la limpieza del pasado sólo viene de Dios. El Espíritu Santo toca al ser humano y lo convence de pecado, pero nosotros no podemos quitarnos el pecado por nosotros mismos. Jeremías usa la ilustración de la lejía, ingrediente activo del jabón y sustancia que saca lo sucio, para referirse a cualquier esfuerzo humano de limpiarse de pecado.
Una persona puede acudir a muchos medios, hacerse una ‘limpia’, golpear su cuerpo, hacer largas caminatas en semana santa, pagar mandas, etc., pero el pecado allí permanecerá. Quien murió en la cruz es el único que puede limpiarnos del pecado y traer santidad a nuestras vidas.
Finalmente, en Jeremías 3:13 y 14, Dios llama a Israel a reconocer su maldad y a que se conviertan de sus malos caminos. Ese mismo llamado es para nosotros hoy.
¿Cómo está tu vida y relación con Dios? ¿Estás alejado, bebiendo de tu propia cisterna? Hoy es el día de acercarnos a Dios y pedirle una vez más de su agua fresca.
Hoy te invito a buscar a Dios y mantenerte fiel a Él cada día.
Dios te dé un día muy bendecido.