


Jueves, febrero 6 – Habacuc 3, Jeremías 41
1. Al comienzo de su oración, Habacuc dice “he oído tu palabra y temí”. ¿Por qué crees que el profeta se expresó así? ¿A qué se debió su temor? ¿Fue acaso temor a Dios o temor por las consecuencias de la desobediencia a la Palabra del Señor? (Habacuc 3:2)
2. ¿Cómo expresa el profeta su confianza en Dios aun cuando las cosas no marcharan bien y no hubiera prosperidad material? (Habacuc 3:17-19)
3. ¿Qué hizo Ismael con sus secuaces en Mizpa al llegar junto a Gedalías a quien el rey de Babilonia había dejado como gobernador de la tierra? (Jeremías 41:1-3)
4. ¿Qué estrategia siguió Ismael con los 80 hombres que habían venido de Siquem, Silo y Samaria quienes traían ofrenda e incienso a la casa de Jehová? (Jeremías 41:4-7).
Comentario y reflexión:
El cuadro histórico que domina nuestro estudio durante las últimas semanas tiene que ver con la triste situación de decadencia espiritual de Judá debido a reyes débiles en su fe en el Dios de Israel. Como resultado vino la invasión de los ejércitos enemigos, culminando con los babilonios quienes al fin y al cabo toman la ciudad de Jerusalén y llevan cautivos a Babilonia.
Dando un paso atrás, alrededor del año 630 a.C. vemos subir al escenario profético a Habacuc. Dios lo envió durante el reinado de Manasés, Amón, o durante la primera parte del reinado de Josías. Su misión fue amonestar al pueblo y a sus dirigentes, y la creciente apostasía cada vez más dominante.
En el capítulo 3 de Habacuc, el profeta culmina con una oración, como un salmo de contrición cuando tiembla ante la majestad de Dios manifestando su completa confianza en él. Este mensaje debió llegar oportunamente al pueblo cuando más lo necesitaba debido a la inminencia del ataque de sus enemigos.
Más tarde, dos o tres meses después que Jerusalén fuera tomada por los babilonios, ocurrió una aparente acción patriótica de parte de un tal Ismael. Aunque aparenta una actitud pacífica, Ismael actúa en forma solapada y deja tras sí una estela de crímenes. La actitud de este hombre llega tardía e incorrecta. Debió unirse a Jeremías profeta y actuar con humildad ante Dios. Si cierto era que no podía evitarse el ataque de Babilonia y la toma de la ciudad de Jerusalén, también es cierto que podría haberse evitado la destrucción de la ciudad y del templo.
La palabra “Gerut” significa “lugar de hospitalidad”, o sea, una posada para viajeros. Muchos años antes, cuando David huía de la traición de su hijo Absalón, Barzilai galaadita había mostrado misericordia hacia David (2 Samuel 19:31-39), y por eso David mandó a Salomón que tratara a su hijo, Quimam con toda cortesía y consideración (ver 1 Reyes 2:7). Es probable que Quimam hubiera recibido esta propiedad de manos de Salomón, lo cual explicaría el nombre de la posada, “Gerut-quimam.”
Al leer estos desagradables pasajes en las Escrituras nos preguntamos ¿Por qué están allí registrados? Siendo sinceros, ni deseamos leerlos. Son historias sanguinarias, de revueltas, traiciones, crímenes. La realidad, amados, es que están allí para cumplir un gran propósito en nosotros. El apóstol Pablo lo define así en Romanos 15:4, “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Es cierto que son pasajes tristes, pero en ellos podemos aprender la lección de lo que sucede cuando nos apartamos del sendero correcto.
Ruego al Señor que el estudio detenido que estamos haciendo mediante esta lectura diaria nos ayude a conocer más al Dios misericordioso que tenemos por Padre, y decidamos seguirle y servirle de todo nuestro corazón.