


Domingo, julio 20 – Filipenses 1, 2
1. En Filipenses 1:6, ¿a qué obra progresiva de Dios se refiere Pablo?
2. ¿De qué manera podemos entender la declaración de que el morir es ganancia? Filipenses 1:21
3. ¿Qué aprendemos de Jesús cuando tomó “forma de siervo”? Filipenses 2:7
¿Has visto alguna vez una casa construida a medias y luego abandonada? ¿Un jardín empezado y luego dejado de lado y completamente descuidado? En algunas ocasiones hemos visto obras iniciadas, pero que algo pasó en el camino y la terminación fue pospuesta.
Pablo, en Filipenses 1:6, afirma que Dios, quien inició su obra de gracia en nosotros, continuará trabajando para perfeccionarla hasta su culminación. Es una promesa de fidelidad divina y de progreso continuo en nuestra vida espiritual. Es decir, Dios no dejará una obra a medias. Él la inició y Él la terminará.
¿Qué tipo de obra desea hacer Dios en nosotros? En algunos, está trabajando en el entendimiento; en otros, en el temperamento; en otros, en las acciones y pensamientos; en otros, en pulir las palabras, refinamiento, obediencia, empatía, etc. También hay otros en los que está trabajando en todas estas cualidades a la vez.
Somos como un bloque de piedra, y Dios, con paciencia y habilidad, lo va esculpiendo hasta revelar la figura que lleva dentro. De esta manera trabaja en nosotros, quitando lo que sobra y puliendo lo que debe quedar, hasta que la vida refleje su propósito.
¿Recuerdas el cambio en la vida de Pedro? En ocasión de su negación, Marcos 14:70 declara que una de las criadas del sumo sacerdote le dijo: “Tu manera de hablar es semejante a la de ellos”. La buena obra iniciada por Jesús en este apóstol le había hecho hablar diferente. Su acento y palabras ya no eran las del tosco hombre de Galilea.
En Filipenses 1:21, Pablo afirma, “para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. ¿Puede haber ganancia en la muerte? ¿Hemos de llorar y sufrir sin esperanza cuando perdemos un ser querido o cuando nuestra propia vida se encuentra en el ocaso? En este texto podemos entender que Pablo se refiere a que, luego de vivir una vida guiada por Cristo, la muerte viene a ser un logro.
Si tienes hijos pequeños, ¿te preocupas por ellos cuando van a dormir luego de un día largo y cansador? ¡La respuesta normalmente es, no! Más bien, papá y mamá sienten alivio y paz, porque tienen la seguridad de que, después del sueño de la noche, al día siguiente el sol brillará y verán a sus hijos otra vez. Lo mismo ocurre con Dios. Él envía a sus hijos a descansar cuando llega la noche y sabe bien que, al día siguiente, los abrazará otra vez. Por eso, para Pablo, “el morir es ganancia”.
En Filipenses 2:3-12 presenta una descripción de las cualidades del más grande líder en la historia. Su estilo humilde contrasta con el liderazgo que comúnmente vemos en el mundo. Pablo habla de la mansedumbre de Jesús al tomar forma humana y ponerse al mismo nivel de seres que necesitaban salvación. El gran líder encarnó a fin de poder alcanzar a la raza caída, entenderla y redimirla. La tesis de Pablo en estos pasajes es que la humildad de Jesús fue como una semilla que un día producirá exaltación.
Cabe destacar que, para la mente sana, la humildad en un líder es una característica atractiva, mientras que el orgullo le produce distancia. La exaltación de Dios a Jesús hará que un día toda rodilla se doble ante su Hijo y que toda lengua confiese que Él es el Señor.
Al contemplar a Jesús en este día, su obra iniciada y terminada, su liderazgo, humildad y amor por cada uno, que Dios nos ayude a desear ser semejantes a Él.
¡Que Dios nos dé un día muy bendecido!