


Martes, julio 22 – 1 Timoteo 1, 2
1. ¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que “la ley no es para el justo, sino para los impíos”? 1 Timoteo 1:9
2. ¿Por qué Pablo pone en el mismo grupo a “parricidas y matricidas, sodomitas y mentirosos”? 1 Timoteo 1:9, 10
3. ¿Por qué dice Pablo que “las mujeres deben guardar silencio”? 1 Timoteo 2:12
La introducción de Pablo en esta carta a su “verdadero hijo en la fe”, como en muchas de sus cartas, es hermosa. Ciertamente hemos perdido este arte de la cortesía y los saludos afectuosos y sinceros en nuestra sociedad de poca comunicación y de mensajes de texto.
Pablo no pierde tiempo y entra de lleno en su preocupación por mantener la pureza doctrinal, enfatizando que “el mandamiento es amor nacido de un corazón puro”, pero equilibrando rápidamente esa afirmación con la verdad de que “la ley es buena.” Es tan fácil para nosotros, como seres humanos, inclinarnos hacia un lado u otro, el amor o la ley, pero la verdad es que ambos van juntos. “La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.” (Salmo 85:10 RVR)
¿Qué quiso decir Pablo con que “la ley no es para el justo, sino para los impíos”? ¿Es que las personas buenas como tú no tienen que obedecer la ley? Por supuesto que sí. Los justos no quebrantan la ley porque están llenos del Espíritu Santo y viven en armonía con ella. No están desobedeciendo deliberada, consciente o rebelde¬mente la ley de Dios; por lo tanto, la ley no tiene nada que condenarles (excepto para revelar pecados desconocidos). Pero los pecadores sí están condenados por la ley de Dios, lo cual, con esperanza, los llevará a correr a la cruz en busca de salvación.
¿Por qué Pablo pone en el mismo grupo a “parricidas y matricidas, sodomitas y mentirosos”? Espero que la razón sea obvia: si hemos quebrantado un mandamiento, los hemos quebrantado todos. Todos, por igual, crucificamos a Cristo.
¿Por qué se consideraba Pablo a sí mismo “el primero de los pecadores”? Porque él, como todos nosotros, crucificó a Cristo. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Salmo 14:3; Salmo 53:3; Romanos 3:12) Hasta que no reconozcamos plenamente nuestra verdadera condición fuera de Cristo, nunca nos rendiremos completamente a Él. Mientras sigamos en la mentira de que “somos creados a imagen de Dios” (Él dijo eso de Adán y Eva, no de ti ni de mí), nunca nos veremos a nosotros mismos como miserables, desdichados, pobres, ciegos y desnudos, necesitados de una crucifixión completa del yo y de que todas las cosas sean hechas nuevas.
¿Qué quiso decir Pablo con “a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar”? Pablo dio un consejo similar respecto a un hombre que tenía relaciones sexuales con la mujer de su padre: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:5) Esta es una oración muy poderosa y temible que yo reservo sólo para casos extremos. He visto efectos dramáticos de ella. La persona ya está sirviendo a Satanás, pero esta oración pide a Dios que retire más de su protección sobre esa persona para que toque fondo de verdad y, con esperanza, mire hacia arriba en busca de liberación en Cristo.
¿Orar por todos los que están en autoridad? Sí, sin duda. Si pasáramos más tiempo orando por ellos en lugar de condenarlos, hablar de ellos o cuestionarlos, veríamos más resultados.
Jesús se dio a Sí mismo como “rescate por todos.” Dios ya ha perdonado al mundo entero. Nos beneficiamos de ese don cuando creemos esa verdad, la aceptamos y permitimos que transforme nuestras vidas.
“La ropa modesta sin oro, etc.” se aplicaría igualmente a cualquier cosa que se haga, diga, vista o compre con el propósito de llamar la atención.
En cuanto a Pablo diciendo que “las mujeres deben guardar silencio”, …perdón, me está llamando mi esposa…