


Miércoles, julio 23 – 1 Timoteo 3, 4
1. ¿Por qué Pablo aconseja que el anciano no sea nuevo en la fe? 1 Timoteo 3:6
2. ¿Cuál es el misterio de la piedad? 1 Timoteo 3:16
3. ¿Qué ha dicho el Espíritu claramente sobre los últimos días? 1 Timoteo 4:1
Pablo conoció a Timoteo en la ciudad de Listra, en unos de sus viajes a través de la provincia romana de Asia, hoy Turquía. Entonces era un jovencito, su mamá, Eunice y su abuela, Loida, eran judías que se convirtieron, el junto a ellas, a la fe cristiana por el trabajo misionero de Pablo. El papá de Timoteo era griego (Hechos 16:1). Parece que los padres de Timoteo estaban separados o que su papa había fallecido y que para este tiempo Eunice era una madre soltera.
Pablo le tomó cariño al joven quien llegó a ser uno de sus más útiles discípulos y colaboradores. Desde el principio, Pablo y la iglesia vieron potencial en él para la obra de Dios y se lo llevó en sus viajes misioneros. Timoteo aprendió rápido y así fue enviado luego a varias misiones pastorales importantes a ciudades como Tesalónica, Corinto, Éfeso, entre otras. Para el tiempo de la primera carta de Pablo, Timoteo estaba en Éfeso como pastor de la iglesia.
En 1 Timoteo 3 Pablo instruye sobre los ancianos y diáconos, dos cargos importantes en la iglesia. “Obispo” es lo mismo que “anciano”. Las dos palabras griegas que es usan, “episkopé” que se traduce “obispo” y “presbúteros” que se traduce “anciano”, se intercambian en el Nuevo Testamento. Ambas se usan para referirse a los lideres laicos de las iglesias. La descripción que hace de las cualidades para ambos llamados es hermosa y significativa. Representa un ideal elevado al cual aspirar.
La palabra “diácono” significa “ministro”. O sea que el diácono es llamado a ministrar y a servir. En Éfeso también había diaconisas: “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.” (3:17)
Me gustan mucho estas palabras: “porque los que ejerzan bien el diaconado, ganarán para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.” (3:13) ¡Amen! ¡Que privilegio ser un diacono o ministro de Dios!
Pablo esperaba ir pronto a ver a Timoteo en Éfeso, mientras tanto le escribe para instruirlo sobre cómo debe conducirse es la Iglesia del Dios vivo, columna y baluarte de la verdad.
Entonces cita las palabras de un conocido himno cristiano de su tiempo como la expresión de esa verdad que la iglesia sostiene:
Dios fue manifestado en carne,
justificado en el Espíritu,
visto de los ángeles,
predicado a los gentiles,
creído en el mundo,
recibido arriba en gloria. (3:16)
“Qué hermoso himno! Qué bueno fuera si pudiéramos cantar su música.
En 1 Timoteo 4 Pablo busca fortalecer al joven ministro. Lo anima a estar vigilante en relación con la apostasía. El enemigo busca confundir y detener el avance de la iglesia mediante la enseñanza de doctrinas falsas.
Sobre la prohibición a casarse que menciona, dice el Comentario Bíblico Adventista:
“Pablo amonesta contra los conceptos fanáticos que los gnósticos introdujeron en el cristianismo (ver t. VI, pp. 56-59) y que luego fueron perpetuados por el sistema monástico. Los gnósticos creían que toda la materia era mala y que había que reprimir y eliminar todas las pasiones del cuerpo material. De acuerdo con esta teoría, el matrimonio se convertía en una concesión a las concupiscencias de la carne, y por lo tanto era pecaminoso. Pablo aclara que el matrimonio es una institución de origen divino y que combatirlo sería atacar la sabiduría infinita y los bondadosos propósitos de Dios (ver com. 1 Cor. 7:1-4; Heb. 13:4).” CBA, 1 Timoteo 4:3
En relación con la prohibición de alimentos que menciona, dice el Comentario Bíblico Adventista: “Aquí se refiere a las influencias y tendencias ascéticas que se difundían en la iglesia. Los partidarios de ello consideraban por razones ceremoniales y rituales que era espiritualmente deseable la prohibición completa de ciertos alimentos. La amonestación quizá incluya la prohibición de ciertos alimentos en determinados días religiosos.” CBA, 1 Timoteo 4:3
¡Qué hermosos los consejos del experimentado apóstol al joven ministro! Léelos con detenimiento para que te goces en ellos. Son muy útiles, nos sólo para los ministros, sino para todos.
“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.” (4:13-16)
Es mi oración que Jehová te conceda un día muy bendecido.