


Domingo, noviembre 10 – Jonás 1, 2 – Profetas y Reyes, Capítulo 22, “Nínive, ciudad sobremanera grande”
1. ¿Por qué trató Jonás de huir de la presencia de Jehová? (Jonás 1:3)
2. ¿Cómo respondieron los marineros cuando se dieron cuenta de que la tormenta era por causa de Jonás? (Jonás 1:14-16)
3. ¿Qué hizo Jonás cuando se encontró dentro del vientre del pez? (Jonás 2)
4. ¿Cómo describió Jonás su experiencia al ser salvado por Dios? (Jonás 2:6-7)
Comentario y reflexión:
En este primer capítulo, el intento de Jonás de escapar del llamado de Dios revela una verdad universal sobre la naturaleza humana. A menudo, huimos de la voluntad de Dios cuando nos resulta incómoda o nos desafía. El viaje de Jonás a Tarsis representa nuestra tendencia a evitar tareas difíciles, pero también muestra que el propósito de Dios no puede ser frustrado. La tormenta representa la intervención divina, un llamado de atención para Jonás, y una revelación del poder de Dios ante los marineros paganos. La desobediencia de Jonás no solo lo afecta a él, sino que pone en peligro a quienes lo rodean, destacando los efectos de nuestras decisiones en los demás.
La escapada de Jonás de la orden de Dios es algo con lo que muchos nos identificamos. Hay momentos en que resistimos el llamado de Dios en nuestras vidas, ya sea por miedo, duda o incomodidad. Sin embargo, Dios nos persigue, no con ira, sino con Su amor incansable y Su deseo de cumplir Su buen propósito en nosotros. Cuando elegimos huir, creamos tormentas en nuestras vidas y en las vidas de quienes nos rodean. Dios nos llama de regreso, no para castigarnos, sino para alinearnos con Su plan, que finalmente trae paz. El temor de los marineros y su eventual adoración a Dios nos recuerdan que, incluso en la desobediencia, Dios puede usar nuestras vidas para revelar Su gloria a otros.
La oración de Jonás en el capítulo 2 es un clamor sincero de arrepentimiento y gratitud. Aunque Jonás había huido de Dios, ahora reconoce el poder y la misericordia de Dios desde dentro del vientre del pez, un símbolo de muerte y desesperación. El tema del rescate desde las profundidades es central aquí: Jonás estaba prácticamente muerto, pero la gracia de Dios lo sacó del abismo. Esto ilustra vívidamente el poder de Dios para salvar, incluso cuando estamos sin esperanza. La oración de Jonás también sirve de modelo, recordándonos que, sin importar cuán lejos caigamos, siempre podemos volvernos a Dios en arrepentimiento, y Él nos escuchará.
Hay momentos en la vida en que nos sentimos abrumados, como si estuviéramos hundiéndonos bajo el peso de las circunstancias o las consecuencias de nuestras decisiones. La historia de Jonás muestra que Dios nos escucha, incluso en los lugares más oscuros, y está dispuesto a librarnos. Así como el rescate de Jonás vino a través de un pez, nuestra ayuda puede venir de partes inesperadas. Lo importante es que, como Jonás, recordemos volvernos a Dios en esos momentos. Su misericordia siempre está disponible, y Su gracia es mayor que nuestras faltas. Así como Jonás fue salvado, también podemos serlo—ninguna situación está fuera del alcance de Dios.
Que el Señor te bendiga hoy con Su inmensa gracia y amor constante. En momentos de duda o cuando te encuentres huyendo de Su llamado, que Su misericordia te alcance. Cuando las tormentas de la vida arrecien o te sientas inundado por desafíos, que te levante y restaure tu alma. Camina en paz, sabiendo que la mano de Dios siempre está sobre ti, guiándote de vuelta a Su perfecta voluntad. Amén.