


Lunes, noviembre 11 – Jonás 3,4 – Lectura adicional, Profetas y Reyes, capítulo 22, “Nínive, ciudad sobremanera grande”
1. ¿Qué idea da Jonás del tamaño de Nínive? Jonás 3:2
2. ¿Cómo reaccionó Jonás cuando vio que Dios estuvo dispuesto a perdonar a Nínive? Jonás 4:1-3
3. ¿Qué ilustración le dio Dios a Jonás de su amor por Nínive? Jonás 4:10,11
Comentario y reflexión:
Continuamos la lectura del libro de Jonás. Después de ser vomitado por el gran pez, Dios repite su llamado al profeta, “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.” (v 2)
Esta historia es una revelación del carácter de Dios y del carácter de Jonás. Podemos dar crédito a Jonás que cuenta su testimonio de una manera honesta y transparente.
El amor de Dios persevera. Trabajó con Jonás cuando rechazó el llamado, se empeñó en buscarlo, en arrojarlo al mar, ahora otra vez le instruye que vaya a Nínive. No se dio por vencido con Jonás ni con Nínive.
La historia revela que Jehová no hace acepción de personas, que está interesado en la salvación de todas las razas y naciones. Que no quiere destruir, sino que quiere perdonar.
El mensaje de Jonás no fue muy atractivo, o elaborado, fue un mensaje de advertencia de destrucción inminente. Obviamente el Espíritu de Dios precedió a Jonás. No había terminado de recorrer la ciudad cuando el mensaje hizo el efecto que Dios deseaba y que el predicador temía. La gente de Nínive, comenzando con su rey, se arrepintió.
Aquí están las palabras que disgustaron a Jonás, “Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo.” Jonás 3:10
“Pero Jonás se disgustó en extremo, y se enojó.” Jonás 4:1. Se disgustó no poquito, si no en extremo. ¡Que oración hace Jonás a Jehová! En la oración testifica del carácter de Dios y de su propio carácter. Si Jehová hubiera destruido a Nínive, Jonás habría estado complacido. “Lo siento mucho, pero se lo merecían.” “¡Qué buen profeta soy! Fui y les canté las verdades y sucedió lo mismo que les dije”.
Jonás fue nacionalista, legalista, testarudo, soberbio como para pretender decirle a Dios qué hacer, y tenía mucho mal genio. Le dice Dios, “¿haces bien en enojarte tanto?” Jonás 4:4. Podemos notar la paciencia de Dios. ¿Qué le habrías dicho a Jonás en lugar de Dios? A mí se me ocurren un par de cosas.
Para que Jonás aprenda, Dios le permite una calabacera y al día siguiente se la quita. Las pruebas que enfrentamos tienen un propósito, ¿no es cierto? Alguna bendición o comodidad que Dios nos haya dado puede ser retirada con un propósito. Había una lección que Jonás debía aprender, él estaba preocupado por su comodidad y por su reputación profesional. Había algo más importante que ambas cosas, la salvación de una ciudad con muchos niños. Resulta que Jehová no solo estaba salvando una ciudad, sino también a un profeta.
Gracias a Dios por su amor obstinado que persevera. Gracias a Él, que está dispuesto a perdonar.