


Miércoles, Noviembre 13 – Isaías 2, 3
Preguntas de estudio:
1. ¿Qué razón ofrece Isaías para que Dios dejara a la casa de Jacob? Isaías 2:6
2. ¿Cómo describe Isaías 2:8 la idolatría?
3. ¿Cuándo se cumplirá Isaías 2:10, 19, 21?
Comentario y reflexión:
Sobre la ubicación del profeta Isaías en la cronología bíblica dice el Comentario Bíblico Adventista: “La ubicación cronológica del libro de Isaías es precisa, y el período del cual proviene es bien conocido en la historia del Cercano Oriente. Isaías fue llamado a su cargo profético antes de que le fuera dada la visión de la gloria divina que se halla en el cap. 6, y llevó a cabo su ministerio durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías (Isa. 1: 1).” CBA, Introducción al libro de Isaías, Marco Histórico.
Isaías era del linaje real de Judá, su ministerio fue de mucha influencia en Jerusalén y se extendió por 60 años. Fue estadista y profeta. Sobre sus escritos dice el Comentario Bíblico Adventista: “Con justicia se llama a Isaías el profeta mesiánico. Ningún otro parece haber comprendido tan claramente la santidad y grandeza de Dios, la persona y misión de Cristo, y el propósito glorioso de Dios para su iglesia. Con justicia, Isaías es considerado rey de los célebres profetas de Israel, y sus escritos la obra maestra de todos los escritos proféticos.” CBA, Introducción al libro de Isaías, Tema.
En los primeros versículos del capítulo 2 hay una hermosa visión del pueblo de Dios,
“Acontecerá que al final de los tiempos
será confirmado el monte de la casa de Jehová
como cabeza de los montes;
será exaltado sobre los collados
y correrán a él todas las naciones.” Isaías 2:2
Esta visión profética se refiere al propósito y plan de Dios para Israel como su pueblo. Tengamos en cuenta que hay profecías condicionales, o sea, que muestran lo que puede pasar si el ser humano, en la libertad que Dios le concede, escoge cierto camino. Estas profecías no se cumplieron con el Israel literal, pero finalmente encontrarán su cumplimiento en la iglesia, el pueblo de Dios, el Israel espiritual.
Isaías profetiza, además, contra la adopción de costumbres paganas “traídas del oriente” como la adivinación. Anuncia “el día de Jehová”. Este es el día del juicio, cuando Dios interviene en la tierra en forma definitiva y establece su reino. Dice que los juicios de Dios caerán sobre los soberbios, altivos y arrogantes, también sobre los idólatras. Los idólatras no son sólo quienes adoran imágenes, se llama también así a quienes adoptan las costumbres del mundo, siguiendo a los dioses del mundo, desechando al Dios verdadero.
Describe el día de Jehová de esta manera,
“Se meterá en las hendiduras de las rocas
y en las cavernas de las peñas,
a causa de la presencia formidable de Jehová
y del resplandor de su majestad,
cuando se levante para castigar la tierra.” Isaías 2:21
Este pasaje es consistente con la profecía de Apocalipsis: “Los reyes de la tierra, los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, todo esclavo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes, y decían a los montes y a las peñas: «Caed sobre nosotros y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero, porque el gran día de su ira ha llegado y ¿quién podrá sostenerse en pie?»” Apocalipsis 6:15-17
Es también consistente con lo que dice el apóstol Pablo: “Y entonces se manifestará aquel impío, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.” 2 Tesalonicenses 2:8
Claramente, estas profecías de Isaías encontrarán su cumplimiento en la segunda venida de Jesús.
En el capítulo 3 Dios se queja de que su pueblo ha adoptado las costumbres de las naciones paganas al punto que pecan abiertamente y que no se avergüenzan de su pecado como Sodoma y Gomorra. Describe a las “hijas de Sion” adoptando el vestido y las costumbres de las damas paganas.
“Aquel día quitará el Señor el adorno del calzado,
las redecillas, las lunetas,
los collares, los pendientes y los brazaletes,
los turbantes, los adornos de las piernas,
los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,
los anillos y los joyeles de las narices,
las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas,
los espejos, el lino fino,
los turbantes y los tocados.” Isaías 3:18-23
En el día del juicio de Jehová,
“En lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez,
soga en lugar de cinturón,
y cabeza rapada en lugar de rizos del cabello;
en lugar de vestidos de gala, ceñimiento de ropas ásperas,
y cicatriz de fuego en vez de hermosura.” Isaías 3:24
En ese día será evidente que todas estas costumbres son vanidad, que todo ha de perecer, que sólo permanecerá aquel que confía en Jehová.
Nos conceda Dios ser sensibles a la voz de su Espíritu para ser guiados por Él, y vivir como su pueblo que espera y se prepara para el día de Jehová.
Pastor Abel Paulin