


Jueves, 17 de octubre – 1 Reyes 11, Proverbios 30 – Profetas y Reyes capítulo 4, “Resultados de la transgresión”
1. ¿A quién le dio Dios el reino debido al comportamiento imprudente de Salomón? (1 Reyes 11:29-38)
2. ¿Qué dijo Agur acerca de aquellos que se exaltan o que traman el mal? (Proverbios 30:32, 33)
3. ¿Cuál fue el nombre del adversario que Dios levantó contra Salomón? (1 Reyes 11:23-25)
Commentary and Reflection:
A veces, los sabios son necios, y los necios son sabios. Nuestro plan de lectura para hoy nos lleva por 1 Reyes 11 y Proverbios 30. En 1 Reyes 11, nos enfrentamos a la necedad del hombre más sabio que jamás haya vivido: el reverenciado rey Salomón (1 Reyes 3:10-12).
Salomón tuvo setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas (1 Reyes 11:3). Aunque el matrimonio entre la realeza de diferentes naciones era costumbre, Salomón llevó esto a otro nivel. Además, se relacionó con mujeres de las cuales Dios había dado instrucciones específicas a su pueblo de mantenerse alejados, porque las mismas los llevarían a la idolatría.
El resultado: “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astarot diosa de los sidonios, y a Milcom ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre” (1 Reyes 11:4-6).
El corazón de Salomón se desvió del Dios de Israel hacia los dioses paganos, lo que enojó al Jehová, Dios de Israel. Entonces Jehová dijo a Salomón: “Por cuanto ha habido esto en ti, y no guardaste mi pacto ni mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo” (1 Reyes 11:11).
“Salomón perdió su conexión con el cielo y puso a Israel un ejemplo tan engañoso que Dios no pudo vindicarlo. Dios rompió su pacto con Salomón porque Salomón fue desleal. Si Salomón hubiera prestado atención a las instrucciones que se le dieron, Dios habría trabajado a través de él para revelar al mundo Su poder y majestad” (Cartas y manuscritos 25, Ms. 1. 1912, párr. 6).
Estoy seguro de que conocemos a Salomón, pero sería difícil encontrar a alguien que conozca a un hombre llamado Agur. No te sientas mal si no lo conoces; yo tampoco lo conocía. Resulta que él es el autor de Proverbios 30. En cuanto a la incertidumbre sobre quién es, el Comentario Bíblico Adventista declara: “Sin embargo, no es necesario que sepamos a través de quién fueron dadas estas palabras inspiradas.” (CBA, Proverbios 30:1).
Proverbios 30 son las palabras de Agur (v.1). Escucha cómo se describe a sí mismo en los versículos 2 y 3: “Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo” (Proverbios 30:2, 3).
Aparentemente, no es un hombre de sabiduría como se conocía a Salomón.
A pesar de esa presentación poco halagadora, ofrece sabiduría sublime y atemporal. En sus presentaciones, parece tener afinidad con los números. En el versículo 7, pide dos cosas. En el versículo 15, destaca tres realidades insaciables y una cuarta que nunca dice “basta.” Usa la misma terminología en el versículo 18: “Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta.”
Aquí destacaré las tres cosas que nunca están satisfechas y la cuarta que nunca dice “basta.” Agur las enumera como el sepulcro, el seno estéril, la tierra que no se sacia de agua y el fuego que nunca dice “basta” (Proverbios 30:16). Se podría haber agregado a Salomón a esta lista.
La humilde sabiduría de Agur lo llevó a testificar sobre la Palabra de Dios y cómo Dios se relaciona con aquellos que confían en ella. Versículos cinco y seis de Proverbios 30: “Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso” (Proverbios 30:5, 6).
En su humildad, Agur se caracterizó a sí mismo como alguien que carece de entendimiento (v.2) y que no está instruido en sabiduría (v.3). Sin embargo, el contenido de Proverbios 30 desafía esas afirmaciones. La humildad y la sabiduría retratadas en Proverbios 30 brillan por su ausencia en la historia de Salomón en 1 Reyes 11.
Amados, mientras transcurre su día, que vuestra sabiduría esté acompañada de humildad. Que vuestra humildad se refleje en vivir sabiamente para Dios.